Poder Naval en el Siglo XXI
La historia de la humanidad en su completo desarrollo a través de los tiempos, ha tenido como gran escenario, las cantidades inmensurables de aguas de los mares y océanos. Y su estrecha relación con las actividades surgidas del ingenio del hombre por perpetrar sus mejores beneficios en un mundo cambiante. Y han sido fuente casi inagotables de recursos para la subsistencia de los pueblos establecidos en grandes comunidades, al igual que han sido para estos establecimientos humanos en evolución, el medio para llevar las actividades comerciales en sus diferentes modalidades hacia latitudes poco a poco exploradas.
En este sentido, se pude decir que el mar
como un elemento vital para el hombre ha tenido diferentes relaciones, como
fuente de recursos y medio productivo, instrumento de vía comunicacional y
escenario donde se confluyen las relaciones de poder (Urrutia, 1999).
No cabe duda, que dentro
el contexto mundial el uso del mar y sus recursos son parte fundamental del
desarrollo sostenible de las sociedades, tal como lo refiere la Organización de
las Naciones Unidas en su Objetivo No. 14 (Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos,
los mares y los recursos marinos), al cual lo convierten en un sistema complejo,
multicausal y multifacético.
El desarrollo del libre comercio
y la eliminación de las conocidas barreras que impedían un mercado mundial, han
sido una de las ideas y fundamentos de la globalización actual, basados en las
bondades dimensionadas que el mar puede dar; esto ha sido contemplado por
entendidos en la materia allá por el siglo XVIII y principios del siglo XIX.
Conscientes de toda la
transformación que ha traído la globalización al desarrollo del orbe, y de esa
dependencia cada vez mas creciente, se ha dejado entender que ha servido como
una fuerza unificadora, homogeneizadora de las naciones; pero que finalmente
esto no ha sido garantía de la paz y la tranquilidad esperada por las naciones. Estos elementos que dan reposo a las naciones
aun siguen en manos de los estados desarrollados con gran potencial naval. Por
tal motivo, el papel que tiene el poder naval para mantener la existencia
integra de las nuevas economías de escala planteadas por la solidez de las
actividades globalizadas da sentido a los procesos dinámicos del siglo XXI.
Como lo son el incremento de la capacidad en el poderío naval de las naciones
para defender y garantizar su participación en los nacidos roles del nuevo
comercio mundial que beneficia a todos.
Tal como lo manifiesta Mahan:
“el
gran incremento en la rapidez de las comunicaciones ha multiplicado y reforzado
los vínculos que unen los intereses de las naciones una con respecto a la otra,
hasta que el conjunto ahora forma un sistema articulado no solo de dimensión y
actividad prodigiosa, sino de excesiva sensibilidad no igualada en épocas
anteriores”.
He querido enfocarme en
el alcance de la globalización en diferentes ámbitos y la importancia del mar
en todo este proceso mundial de ciencia, tecnología, cultura, comercio,
etc. Y sin perder de vista el poder
naval como parte del poder marítimo dentro del mundo globalizado y que ha dado muestras
irrefutables de herramienta para enfrentar las nuevas amenazas del siglo XXI.


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